​​​​​​​En la cresta de la ola
los ataúdes bailan,
en el abismo, la furia
del agua se despierta,
del eclipse de luna
nadie quiso saber.
El árbol, que nace
para ser sedentario,
en nómada lo convierte
el hombre .Después habita
su esqueleto con deseos,
surca la mar, olvida
implorar a Poseidón,
y la mar lo engulle.

Un sueño de salitre
florece en el fondo.​​​​​​​
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